La semana que termina cierra con un eslogan que el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas utilizó para bautizar el Presupuesto General de la Nación de 2016: Austeridad Inteligente.
Jorge Hernán Peláez
La semana que termina cierra con un eslogan que el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas utilizó para bautizar el Presupuesto General de la Nación de 2016: Austeridad Inteligente. La cifra total para el año siguiente corresponde a $215,9 billones , ligeramente superior al total de 2015 recortado, con un incremento apenas del 2,5%. Este año que cierra el presupuesto fue de $210,6 billones después de todos las reducciones. Para 2016 se ve afectado el rubro de inversión con una caída superior a 10%, llegando ligeramente por encima de los $40 billones.
El descuadre principal viene de la nueva realidad del sector petrolero a nivel mundial.
La disminución significativa del precio del crudo cerró la época del boom y nuestras finanzas quedaron cortas. En 2013, por ejemplo, los ingresos que recibía la nación por los conceptos de impuesto de renta de empresas petroleras y los dividendos de Ecopetrol ascendían a más de $26 billones. Para el año entrante la expectativa con ambas cifras no supera los $3 billones por concepto ingreso petrolero. Una reflexión a largo plazo que vienen advirtiendo los analistas hace años, no se puede depender tanto de tan pocos sectores y hay que diversificar el riesgo.
El gobierno ha dicho que la prioridad en este nuevo presupuesto ajustado es seguir invirtiendo en educación, rubro donde cualquier inyección es siempre insuficiente. La educación es un tema de larguísimo plazo, pero hay países que le han apostado y los resultados se van dando poco a poco. Por poner un ejemplo la directora de Colciencias, Yaneth Giha ha dicho en las últimas semanas que le recortaron su presupuesto en $40.000 millones para 2015 y hay aún incertidumbre cómo se va a invertir en el sector de Ciencia y Tecnología para el año entrante, ya que depende de algunas aprobaciones puntuales en el congreso. Una falla que debamos seguir con presupuestos ajustados a la ciencia pues un país que se quiere seguir destacando a nivel regional no puede olvidar los desarrollo tecnológicos y científicos propios.
Las regiones del país también sintieron el golpe este año con la disminución de regalías y manejos diferenciados de transferencias. Para el año entrante las transferencias ascienden a $91 billones, pero al hablar con líderes políticos y empresariales de algunas regiones, se siente que el recorte ha afectado desarrollo de proyectos importantes.
Algunos quedaron descuadrados con la nueva realidad del Plan de Desarrollo, menos regalías y cierto nivel de incertidumbre en cómo se van a manejar las transferencias y la inversión alejada de la gran capital.
El servicio de la deuda tiene un componente alto, aunque no crítico, cercano al 22,5% del total. Se comprometieron recursos por $48,6 billones, lo que muestra que tenemos aún capacidad de endeudamiento, con un nivel de costo financiero menor por riesgo crediticio (mejoramos calificación) pero una alta exposición cambiaria por la inminente devaluación sobre los $3.000 del dólar el año entrante. No hay que dejar crecer las deudas tanto, revisen los dramas que están viviendo Argentina y Grecia con unos niveles descontrolados de apalancamiento. Estamos lejos pero es mejor siempre estar en niveles de servicio de deuda pagables.
Finalmente, queda por ver que tan austero logra ser el Gobierno con gastos generales de 33 billones. Seguimos teniendo un estado a veces ineficiente en algunas entidades y hay ramas como la justicia que simplemente no pueden atender con el nivel de recursos asignados. El gasto militar es una piedra en el zapato, pues si todo se conjetur, tendríamos posconflicto posiblemente en 2016 o 2017 y no se justificaría una inversión militar alta con el conflicto finalizado. Al final el mensaje de Cárdenas es que van a intentar mejorar los recaudos de la Dian, habrá campañas anticontrabando y antipiratería y si son exitosas tendríamos un margen de otros $4 billones para gastar “inteligentemente”.
Fuente: http://www.larepublica.co/austeridad-inteligente_284021
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